El Jardín de los Desvelados o Campo de las Calaveras se localiza en Estella, en Navarra. Es un lugar único, ideado por el escultor Luis García Vidal en el que decidió que a la muerte hay que hacerla visible, muy presente, para que no nos asuste. El escultor comenzó a elaborar diferentes cráneos gigantescos con un aspecto espeluznante, y de esta manera creó el Jardín de los Desvelados o Campo de las Calaveras, un lugar aterrador donde las enormes calaveras y los coches descacharrados expresan esa inquietud.
Durante más de tres décadas, García Vidal creó sus esculturas cuyos complementos evolucionan al compás de los tiempos. Para la construcción de las enormes calaveras el escultor utilizaba ramas y troncos de un arbusto llamado zumaque con los que daba forma a la figura. Después, compactaba el material con mallas y añadía pintura negra y blanca para resaltar los rasgos de la calavera. Algunas alcanzan los tres metros de altura. A ellas asoció varios coches que habían quedado destrozados por los accidentes. Con el paso del tiempo sus enormes cráneos fueron emergiendo entre los arbustos y la maleza, imponentes y aterradores, con sus blancos rostros mirando el cielo.
Desafortunadamente desde enero del 2008, cuando García Vidal falleció, su jardín de los desvelados agoniza lentamente. Ninguna autoridad se ha preocupado de proteger el campo de las calaveras, con lo que la naturaleza le va ganando terreno poco a poco. El escultor no pudo culminar su deseo de completar el parque y legar sus esculturas al pueblo de Estella. Esculturas efímeras, que durarán pocos años.
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