lunes, 13 de diciembre de 2010

Cesare Pavese


Las mañanas transcurren luminosas…


Las mañanas transcurren luminosas
y desiertas. Así también tus ojos
se abrían en un tiempo. La mañana
pasaba lentamente, era un abismo
de quieta luz. Callaba.
Tú, viva, callabas; las cosas
vivían al amparo de tus ojos
(sin pena sin fiebre sin sombra)
como un mar de mañana, luminoso.

Donde tú estás, luz, está la mañana.
Tú eras la vida, eras las cosas.
En ti despiertos respirábamos
bajo el cielo que aún está en nosotros.
Entonces no había pena, no había fiebre,
ni esta sombra pesada de los días
tumultuosos y ajenos. Claridad
lejana, oh luz, aliento
anhelante, otra vez vuelve tus ojos
claros e inmóviles sobre nosotros.
Sombría es la mañana cuando pasa
sin la luz de tus ojos.

Cesare Pavese
[Turín, 30 de marzo de 1950]

No hay comentarios:

Publicar un comentario