sábado, 23 de octubre de 2010

Flores de Asfalto.



Si hay algo más difícil que luchar contra los demás, es sin duda la lucha contra uno mismo. Cada día tienes la oportunidad de escribir, corregir y mejorar tu historia, lo difícil es hacerlo y que no se quede en meros pensamientos. El cansancio, los miedos, y la inseguridad, junto a un mundo cuadriculado y de extremos opuestos, que o bien te hunde o te llena de pájaros y nubes la cabeza, son el caldo de cultivo perfecto para la confusión total. La gente asume su fracaso como un efecto secundario de la realidad en la que vive.

Y me pregunto…

¿Por qué hay campos de buena tierra arrasados, y en cambio hay flores que son capaces de crecer en el asfalto…?

¿De donde sacan las fuerzas para seguir la gente que lo consigue?

Hay determinadas personas que no se cansan de correr y correr, que no son dueños de su vida, pero si de sus sueños, que apuntan al cielo para no perder su rastro, que se caen cien veces de la escalera y siguen intentándolo, que nunca desisten, que sus sueños son renovables, sin importar cual sea su edad o condición, siempre hay inexploradas posibilidades dentro de ellos. Algunos son tan, tan grandes que Dios les ha dado un cuerpo menudo y descoordinado para que no apabullen con su grandeza.

Es fácil imitarlos y aparentar…pero como seguir a un Ferrari caminando…como bien dice la frase “todos ven lo que pareces pero solo unos pocos sienten lo que eres…”

El camino no se hace al andar, se hace al llorar y luchar. Dispuesto a la deshidratación… las fuerzas no hacen mención de honor. Soy yo, tarde o temprano, el que ha de caer. Pero los versos, son de pena, y la mentalidad de guerrero se encuentra en debacle. El tiempo lento, ante, el pensamiento, que queda, perpetuo… no ofrece opción al miedo. No existe la debilidad, ni opción al agotamiento. No hay otro camino que erguir la mirada, mientras vuelves a levantarte. Todos conocemos nuestro potro, lo difícil es saltarlo, y no son mas que tus manos las que te sostienen contra el suelo, no son más que tus rodillas las que se clavan de depresión.

Y es que ser un “Alejandro” no es fácil…, es la eterna lucha, David contra Goliat, el pez pequeño frente al grande, las flores frente al asfalto…

Y es que duele, duele ver como el tren parte sin ti y que por mas que corras o grites no se detiene. Duele ver a los niños jugar con esas pompas de jabón gigante, llenos de sueños alejados de las sombras y de los detalles imperfectos que decoran este mundo. ¿Cuanto les durará? Nadie lo sabe…en ellos esta el mantenerlos, y hacer que no solo en las noches brillen con tesón.

Un piano con miles de teclas por tocar… y ese tic tác…que se hace mas fuerte cada vez que te levantas solo, la cabeza a punto de estallar… una mente que se sale de mi cuerpo y me mira desde lejos…

Y al final, vuelves a caer…y los sueños que brillaban en la noche se han esfumado, y tan solo callas, y observas gestos, busco más allá de los pensamientos, de los motivos para hacerlo, de las circunstancias que te rodean. Busco hasta obtener un cortocircuito de mis ojos… y bajo el murmullo de aquellos que te miran al pasar… bajo el odio de poder golpear sin más, avanzas como si avanzaras por un camino de espinos…y es el que el jodido bucle es infinito.

Nada como única opción… durante toda mi vida, me he negado a creer en eso. Durante todo lo que he vivido he intentando hacer lo imposible para hacer realidad lo que mi corazón me dictó. Es ahora cuando, mis latidos poco a poco pierden fuerzas … es ahora cuando, te das cuenta que esa nada, no es nada, sino todo… y en tus manos está volverse loco.

No puedo hacer otra cosa que hacer lo que siempre hice hasta el día de hoy… seguir respirando, porque eso quiere decir que sigues vivo, que tu corazón sigue latiendo y que… no luchas en vano.


A “Alejandro”… ese Ferrari incansable.

Delirante Mario.


1 comentario:

  1. Hermosa y dura reflexión.
    Yo tambiém me pregunto de donde salen esas "flores"...no es facil luchar contra el día a día pero nunca hay que perder la esperanza.


    Bea.

    ResponderEliminar