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Antes de que la animación se convirtiese en un juego de niños ricos gracias a las maquinitas, existía un genio llamado Ray Harryhausen que conseguía levantar admiración empleando con maestría la técnica del stop motion.
Con su enorme talento, influenciado por el maestro Willis O’Brien (responsable del stop motion de, entre otras, la obra maestra de 1933 “King Kong”) este grande del cine logró efectos especiales que todavía hoy en día consiguen levantar fascinación, convirtiendo sus mejores trabajos en auténticos títulos de culto del género fantástico.
Con su enorme talento, influenciado por el maestro Willis O’Brien (responsable del stop motion de, entre otras, la obra maestra de 1933 “King Kong”) este grande del cine logró efectos especiales que todavía hoy en día consiguen levantar fascinación, convirtiendo sus mejores trabajos en auténticos títulos de culto del género fantástico.
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