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Dos palabras sobre un fondo, con música y tu nombre debajo. Dos palabras en una pantalla de cine con decenas de ojos mirando fijamente a un punto concreto, deseosos por dejar volar su imaginación durante una hora y media, receptivos a lo que las imágenes les sugieran. Terror, comedia, drama... quizá comprobar cómo se vive en Los Ángeles del año 2150 o buscar el sentido de la vida en un poblado sudafricano o de la mano de Monty Phyton. Esas dos palabras que salieron de la imaginación de alguien que quiso compartir su manera de ver el mundo que vive día a día con un grupo de desconocidos que están dispuestos a sentarse y decir: "Cuéntame lo que quieras". Esa sensación debe ser maravillosa. Saber que tus palabras, transformadas en imágenes, pueden convertirse en algo especial para alguien. No digo que le cambie la vida, pero quién sabe.

Yo, de mayor, quiero ser un "Written By". Ser capaz de emocionar, acongojar, divertir, sólo porque un día me desperté y dije: "Quiero escribir sobre cómo se viviría en una colonia futurista" o "Contar una historia de amor atípica". Quiero que, aunque la historia sea vapuleada por la crítica por ser demasiado "infantil" o tener "demasiados F/X" o, quizá, "por no estar a la altura de lo que se esperaba", al menos, sean vistas. No quiero contentar a todo el mundo y no pienso abandonar mis mundos sólo porque a algunos no les gusten. Tengo claro que el fracaso siempre estará ahí, a la vuelta de la esquina, ya sea en el cuerpo de un crítico, o del público, o de mí mismo. Pero si de algo estoy seguro es de que quiero seguir escribiendo, plasmando mis ideas, mis miedos, mis anhelos y mis sueños de infancia en papel.

El camino es largo y tortuoso. ¿De qué depende que se haga realidad el sueño?. ¿Talento?. ¿Suerte?. ¿Un cincuenta por ciento de ambas cosas? Supongo que el poder realizar un corto, por pequeño que sea, ya es suficiente. De alguna manera eso perdurará ahí, ya sea en la red o en un CD que tengas en tu casa. Pero al menos podrás leer un "Written by" con tu nombre y saber que esos cinco, quince minutos son tuyos. Que pese a los cambios, reescrituras y discusiones, estás viendo el resultado en un pequeño video realizado con amigos que quieren lo mismo que tú: pasárselo en grande...

Los sueños vienen después.