domingo, 14 de noviembre de 2010

Charlie Parker



La leyendas tiende a multiplicarse, sobre todo en el caso de aquellos músicos de Jazz cuyas vidas fueron cortas y temerarias. Charlie Parker fue algo más que el titán del bebop. Símbolo del desafío, fue el hedonista negro que osó mofarse de la sociedad blanca. Aun precipitando su caída no se rindió jamás. De entre las grandes figuras, Parker probablemente en mayor medida que Billie Holiday, acabó siendo la cabeza de turco del sistema.


Parker nació en Kansas City, Misouri, en 1920.Su talento natural con el saxo alto se vio reforzado por la práctica frenética del ragtime. Trabajó con varias bandas locales, a destacar la orquesta de Jay McShann, donde tuvo sus primeras oportunidades de grabar. También de eso época viene el apodo de “Yarbird” o “Bird”. A principio de los cuarenta,se unió a las bandas de Ear Hines y Billy Eckstine, las primeras en introducir el bebop. Su asociación con Dizzy Gillespie en 1945 introdujo este estilo en los clubs de Nueva York.Tras una desafortunada estancia en Loa Ángeles que terminó en el hospital, regresó a Nueva York y formó el más afamado de sus quintetos. Miles Davis y Max Roach eran piezas clave en él, Tommy Potter tocaba el contrabajo y Duke Jordan, John Lewis y Al Haig se turnaban al piano. Sus discos bajo los sellos Dial y Savoy son la réplica bebop a los Hot Fives and Sevens de Armstrong. Parker sólo abandonó el formato de quinteto y cuarteto durante un breve período de tiempo en el que estuvo de gira al frente de una reducida sección de cuerda. En esa época había ya firmado con el sello Verve.

Incluso hoy día, el jazz es una música de carácter marcadamente rítmico. Parker introdujo en ella un lenguaje rítmico aún más complejo. A medida que se tomaba mayores libertades con el compás el swing parecía acrecentarse. Mientras la intensidad rítmica de sus agitadas líneas melódicas ascendía como un torbellino, su sabor emocional procedía directamente del blues de Kansas City en el que se había formado (y que la banda de McShann interpretaba con gran solidez).

En los inicios de su carrera su había convertido en herinómano. Con un consumo regular, los adictos pueden funcionar normalmente y él no fue una excepción. Lamentablemente, vivía en un sistema donde forzosamente debía acudir al mercado negro cuyo abasto y calidad es siempre irregular. Su adicción al alcohol -que sustituía a la heroína cuando no la podía conseguir- le llevó a una vida cada vez más caótica y disoluta.

En 1951, las autoridades de nueva York le retiraron la licencia para tocar en los clubes por recomendación del departamento de narcóticos, que nunca había conseguido arrestarlo. Como consecuencia de ello, se vio obligado a buscarse la vida deambulando por el país para trabajar en secciones de ritmo locales. Esto sucedió en un momento en el que los problemas de salud de su hija le sumieron en una constante y vigente necesidad de dinero para pagar las facturas médicas. El sentimiento de culpabilidad que le produjo su muerte dos años después acabó de arrasarle. Cuando murió a los 34 años, el médico forense estimó su edad en 60.

Para evaluar brevemente el genio de Parker podemos permitirnos considerar estrictamente las melodías e ignorar sus muchos solos soberbios. Los mejores temas que incluyen “Moose The Mooch”, “Klactoveesedstene”, “Confirmation”, “Cheryl” y la mayor parte de sus blues resumen una obra fuera del canon de la música occidental e incluso del propio jazz. El hecho de que probablemente compusiera muchos de ellos momentos antes de la fecha de entrega, en la tradición de Fats Waller, los hace todavía más notables.

Aparte de sus grabaciones, a la que cabe añadir las segundas formas de muchos temas, a discografía de Parker abunda en material no autorizado. Sólo en una pequeña porción de sus últimos trabajos se aprecia verdaderamente su declive.





Delirante Mario.

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